domingo, 23 de septiembre de 2007

Newgrange


El sábado pasado realizamos la que es hasta el momento para mi la mejor visita que hemos hecho. Por fin decidimos salir de Dublín (ya era hora después de 2 meses aquí) e ir al condado de Meath, en el norte, para ver Newgrange una de las tumbas megalíticas mejor conservadas del mundo. La opción que tomamos fue la más cómoda, la de apuntarnos a un tour en autocar. Esta elección tiene sus ventajas, como es el hecho de tener medio de transporte asegurado entre todos los puntos a visitar y guias en todas partes. El problema es, claro, que te llevan con correa a todas partes, y no hay manera de detenerse un rato a disfrutar las cosas.
El tour comenzaba en Busáras, en el lado norte de la ciudad. Desde allí se dirige a la primera parada en Monasterboice, donde se impone la torre del antiguo monasterio (una característica común a los monasterios medievales como protección contra los invasores) y un cementerio con 3 cruces celtas del siglo XI. La lástima es que es una parada de apenas diez minutos con lo que no hay mucha oportunidad de contemplar la zona.






Desde aquí giramos hacia el sur para visitar las ruinas de un antiguo monasterio cisterciense (de hecho el primero de Irlanda si recuerdo bien), Mellifont. No queda mucho de lo que originalmente era el edificio, más alla de la base de los muros, debido al expolio que sufrió en siglos pasados como fuente de piedra para construcciones cercanas. Aun así se puede apreciar bastante bien el gran tamaño del recinto y la disposición de las salas. Hay además un recorrido guiado de una hora, donde se explica con bastante detalle la vida monástica de la época y las características del edificio en si. Los cistercienses tenían una tendencia a alejarse del lujo y la decoración que adorna tantas iglesias, y esa era la intención de los monjes franceses que ayudaron a la fundación de este monasterio. No obstante no contaban con la oposición de los monjes irlandeses que, básicamente hicieron lo que les dio la gana, de modo que se puede observar bastante ornamentación en los dos edificios que quedan: el lavabo y una de las capillas.


Como curiosidad decir que cuando los monjes se marcharon de aquí (en realidad Enrique VIII les echó) pasó a ser la residencia de una importante familia noble.

Y después de esto por supuesto el plato fuerte, Newgrange. Aquí ya no depende de si vas con tour o no, el tiempo que puedes estar en el lugar es limitado, ya que el acceso no es libre, sino únicamente a través de los autobuses que parten del centro de visitantes del Valle del Boyne. Toda la zona es en general una necrópolis megalítica de 5200 años de antigüedad (Brú na Bóinne), con tres tumbas de corredor principales (Knowth, Dowth y Newgrange) y una serie de pequeñas tumbas menores, visibles por el camino o desde lo alto de la colina de Newgrange o Knowth (las dos únicas abiertas al público).

La llegada a la tumba de Newgrange en sí es idílica. Desde el centro de visitantes se pasa por un puente de madera sobre el río, rodeado por una típica estampa irlandesa de praderas verdes (y ganado). Después se toman unos microbuses que atraviesan los caminos entre los campos vallados hasta girar alrededor de la colina de Newgrange, proporcionando una primera vista del monumento.

Lo primero que se aprecia es el llamativo muro exterior reconstruido a partir de una simulación de lo que se supone debía ser el muro original. La entrada, las enormes piedras (algunas de ellas decoradas con motivos de espirales) y el montículo en sí siguen siendo los originales. Esto se debe a la suerte de que la tumba se hallara oculta hasta el siglo XVII cuando fue desenterrada por accidente. Además en un lateral de la colina hay restos de una construcción posterior de la Edad del Bronce.



A continuación viene por supuesto lo mejor de todo, la entrada a la tumba. Primero se atraviesa el hueco que hace de puerta, bajo una inmensa roca situada horizontalmente. A continuación hay un largo pasillo, no apto para claustrofóbicos, donde en más de una ocasión hay que agachar la cabeza y pasar casi de lado (bueno, vale, estoy gordo, ¿algún problema?). Finalmente se llega a la camara principal, donde se puede contemplar un techo en bóveda. En esta cámara hay otras tres subcámaras con una especie de recipientes de piedra y grabados de espirales (y de visitantes gilipollas). Una de las características más interesantes de Newgrange es que está orientado de tal forma que en el solsticio de invierno el sol entra por encima de la piedra de la entrada e ilumina esta sala durante dieciesiete minutos. Aquí viene el momento turista y a la vez el mejor. En este punto la guía apaga las luces, y te encuentras a oscuras durante un instante en esta cámara construida 500 años antes que las pirámides de Gizah. Es pura magia. Después se hace una simulación del solsticio de invierno, con una luz proyectada desde el fondo del pasillo. Puede estar bien si consigues abstraerte lo suficiente. Yo no pude evitar tener una cierta sensación de artificialidad, aunque me alegro de que lo hagan, ya que es muy difícil poder ver el de verdad (se hace un sorteo entre todos los que han visitado Newgrange durante el año que quieran participar para ser invitados allí el día del solsticio). En general es una visita realmente emocionante.

Después el regreso por el mismo camino hasta el centro de visitantes, con la sensación de no querer volver a casa.

Y el largo viaje de vuelta con el autocar y un conductor ya cansado de hablar (no me extraña, porque rajaba una barbaridad en la ida, aunque muy simpático eso si) que nos puso una cinta de música típica irlandesa.

Resumiendo, lo mejor que he visto hasta ahora en este pais, estoy casi seguro de que volveré algún día, aunque quizá ya me salte lo del tour y coja un autobús directo a Newgrange. Y cruzo los dedos para que me toque la visita del solsticio. Es difícil, pero bueno, a alguien le tiene que tocar...

4 comentarios:

Rebeca dijo...

¡¡¡Muchas gracias por este post!!! Hice la misma visita hace muchos, muchos años, y se me habían olvidado las visitas a Monasterboice y Mellifont Abbey. Tenía muchas fotos que no sabía cómo etiquetar, ahora ya puedo...

Airin dijo...

¡¡qué puta envidia!!
menos mal que me vais a esperar para ir a Kilkenny... no? no?

hoy estamos en el ciac pasando el rato y el sabado tengo una boda... QUÉ MIEDO

tengo que comprarme algo bonito y arreglarme el pelo... esta semana entre el curro, esas choradas y las demas chorradas de la ecam es un infierno

¡un beso a ambos!

Rotwang, der Erfinder dijo...

Si, tranquila que te esperamos. No nos queda otro remedio si queremos sobrevivir a tu ira...

Una boda, que horror, que mania tiene la gente con invitar.

Anónimo dijo...

Joooooer como os lo montais. Seguro que tuvo que ser una pasada estar allí y ver todo eso "in situ".
Veo que no parais ni un momento, vaya aventureros que estais hechos.
Saludetes y esperamos ver nuevas vistas en breve :D

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