Ayer por la mañana fuimos a visitar el que probablemente es el templo más famoso de Kioto, el Kinkaku ji (金閣寺, el templo dorado). Si habéis visto fotos de Kioto por internet seguro que os habréis topado con él. Y aquí tenéis la prueba de que esta vez sí que entramos.
Es bastante bonito, aunque el día estaba nublado y no brillaba demasiado, pero eso no lo estropea en absoluto. Además está situado en un jardín con otros edificios del complejo del templo.
A continuación fuimos a otro templo, el Ryoan ji (龍安寺), donde hay un jardín zen bastante famoso del siglo 15, consistente en 15 piedras sobre un mar de arena. Como todo jardín zen es muy sencillo, lo malo es que con la cantidad de gente que había a nuestro alrededor viéndolo y haciendo ruido se pierde un poco la esencia de lo que debería ser y la experiencia no es muy "zen" que digamos.
Estos dos últimos días, después de la paliza que nos estamos metiendo decidimos tomárnoslos con calma, así que tras estas visitas fuimos a dar un paseo tranquilo por los jardines del palacio imperial. El palacio en sí se puede visitar pidiendo un permiso, que te conceden en el momento en la oficina que se encuentra en el parque. No obstante, como ya he dicho, no estábamos para muchos trotes así que no entramos. Para lo que sí teníamos fuerzas en cambio era para dar una vuelta por las librerías de la zona. ¡Allí Holly se compró por fin su primer manga en japonés! Y aquí podéis verla en plena acción en, por supuesto Holly's café.
Pero lo más impactante que vimos ayer, mucho más que el kinkakuji, fue esto.
En Japón existe la costumbre (muy útil para los extranjeros) de poner fuera muestras de plástico de la comida que sirven en el interior. Y las heladerías no son menos. La copa de helado más grande de las que había en esta tienda cuesta 18.000 yenes (unos 140 euros) y hay que pedirla con 3 días de antelación. Lleva frutas, helado de múltiples sabores, bizcocho, y no sé cuantas cosas más. Había además decenas de ejemplos de distintas copas que se servían en el interior. Estuvimos dudando durante unos 20 minutos si entrar o no, pero al final nos pudo el bolsillo y nos fuimos con lágrimas en los ojos...
Hoy optamos por una ruta por la zona de Arashiyama (嵐山), en el oeste de Kioto, bastante alejado del centro. Aquí está otra de las atracciones más famosas de Kioto, el bosque de bambú. La verdad es que cuando estuvimos en Fushimi Inari salimos del camino por una ruta "alternativa" y acabamos en otro bosque de bambú bastante majo y con menos gente. El de Arashiyama es sin embargo más frondoso.
Aquí hemos podido ver los brotes de bambú que luego se venden en los supermercados y se suelen servir como acompañamiento en las comidas.
A continuación seguimos desde aquí hacia el parque de kameyama (亀山公園) y nos adentramos un poco en el bosque de las colinas de la zona. Es una zona con unas vistas bastante bonitas y el camino es lo suficientemente accidentado como para sentirte en plena naturaleza. En teoría en esta zona hay monos y son fáciles de ver, pero nosotros no hemos visto ninguno. Sí nos hemos encontrado con unas cuantas serpientes, pero poco más.
Tras bajar hemos comido unos platos de soba en un puesto en la calle. Así he podido probar por segunda vez el nishin soba, aunque esta vez más baratillo (y con más espinas).
Finalmente y con calma hemos ido a dar otro paseíllo por la zona comercial, hemos visto muchas cosas que no podemos comprar y nos hemos tomado un café tranquilamente...
Como veis después de cinco días aquí ya hemos tenido bastante ajetreo y queda poco que ver realmente importante aquí en Kioto. Podríamos ver más templos, pero los que quedan no nos atraen especialmente. Por eso mañana iremos a Koya san, un complejo monástico unos 50 km. al sur de aquí y el jueves al lago Biwa (el lago más grande de Japón) antes de coger el autobús nocturno a Tokio (8 horitas, mmmh). Por tanto pasaremos poco tiempo en el hostel y cansados, así que si mañana no actualizo no esperéis ninguna entrada nueva hasta al menos el viernes o el sábado.
Curiosidades:
-En España ya hay mucha variedad en dispositivos USB, pero como supondréis aquí el nivel friki se dispara. Aquí tenéis un ejemplo:
-También tarjetas SD de hasta 16 gigas bastante baratas, y Bluray grabables (los más nerd me dirán si de esto en España hay ya o no, pero yo no los he visto).
-En la tienda donde hemos estado hoy la última planta era de material para adultos (incluyendo películas de anime y videojuegos para ordenador). Me encanta la naturalidad con la que los japoneses ojean este tipo de cosas.
Comidas probadas:
-Melon pan. Un bollo dulce, en este caso relleno de crema.
-Un bizcocho redondo de nombre e imaginamos que origen alemán.
-Calpis water. Una bebida blanca y dulce sin gas.
-Dango blanco con una pasta negra (quizá de sésamo, no lo sabemos).
-Hamburguesas y chili hot dog de toda la vida en un Mos Burger (una cadena de hamburgueserías japonesa), acompañados de soda de melón.
-Onigiris con múltiples rellenos.
Es bastante bonito, aunque el día estaba nublado y no brillaba demasiado, pero eso no lo estropea en absoluto. Además está situado en un jardín con otros edificios del complejo del templo.
A continuación fuimos a otro templo, el Ryoan ji (龍安寺), donde hay un jardín zen bastante famoso del siglo 15, consistente en 15 piedras sobre un mar de arena. Como todo jardín zen es muy sencillo, lo malo es que con la cantidad de gente que había a nuestro alrededor viéndolo y haciendo ruido se pierde un poco la esencia de lo que debería ser y la experiencia no es muy "zen" que digamos.
Estos dos últimos días, después de la paliza que nos estamos metiendo decidimos tomárnoslos con calma, así que tras estas visitas fuimos a dar un paseo tranquilo por los jardines del palacio imperial. El palacio en sí se puede visitar pidiendo un permiso, que te conceden en el momento en la oficina que se encuentra en el parque. No obstante, como ya he dicho, no estábamos para muchos trotes así que no entramos. Para lo que sí teníamos fuerzas en cambio era para dar una vuelta por las librerías de la zona. ¡Allí Holly se compró por fin su primer manga en japonés! Y aquí podéis verla en plena acción en, por supuesto Holly's café.
Pero lo más impactante que vimos ayer, mucho más que el kinkakuji, fue esto.
En Japón existe la costumbre (muy útil para los extranjeros) de poner fuera muestras de plástico de la comida que sirven en el interior. Y las heladerías no son menos. La copa de helado más grande de las que había en esta tienda cuesta 18.000 yenes (unos 140 euros) y hay que pedirla con 3 días de antelación. Lleva frutas, helado de múltiples sabores, bizcocho, y no sé cuantas cosas más. Había además decenas de ejemplos de distintas copas que se servían en el interior. Estuvimos dudando durante unos 20 minutos si entrar o no, pero al final nos pudo el bolsillo y nos fuimos con lágrimas en los ojos...
Hoy optamos por una ruta por la zona de Arashiyama (嵐山), en el oeste de Kioto, bastante alejado del centro. Aquí está otra de las atracciones más famosas de Kioto, el bosque de bambú. La verdad es que cuando estuvimos en Fushimi Inari salimos del camino por una ruta "alternativa" y acabamos en otro bosque de bambú bastante majo y con menos gente. El de Arashiyama es sin embargo más frondoso.
Aquí hemos podido ver los brotes de bambú que luego se venden en los supermercados y se suelen servir como acompañamiento en las comidas.
A continuación seguimos desde aquí hacia el parque de kameyama (亀山公園) y nos adentramos un poco en el bosque de las colinas de la zona. Es una zona con unas vistas bastante bonitas y el camino es lo suficientemente accidentado como para sentirte en plena naturaleza. En teoría en esta zona hay monos y son fáciles de ver, pero nosotros no hemos visto ninguno. Sí nos hemos encontrado con unas cuantas serpientes, pero poco más.
Tras bajar hemos comido unos platos de soba en un puesto en la calle. Así he podido probar por segunda vez el nishin soba, aunque esta vez más baratillo (y con más espinas).
Finalmente y con calma hemos ido a dar otro paseíllo por la zona comercial, hemos visto muchas cosas que no podemos comprar y nos hemos tomado un café tranquilamente...
Como veis después de cinco días aquí ya hemos tenido bastante ajetreo y queda poco que ver realmente importante aquí en Kioto. Podríamos ver más templos, pero los que quedan no nos atraen especialmente. Por eso mañana iremos a Koya san, un complejo monástico unos 50 km. al sur de aquí y el jueves al lago Biwa (el lago más grande de Japón) antes de coger el autobús nocturno a Tokio (8 horitas, mmmh). Por tanto pasaremos poco tiempo en el hostel y cansados, así que si mañana no actualizo no esperéis ninguna entrada nueva hasta al menos el viernes o el sábado.
Curiosidades:
-En España ya hay mucha variedad en dispositivos USB, pero como supondréis aquí el nivel friki se dispara. Aquí tenéis un ejemplo:
-También tarjetas SD de hasta 16 gigas bastante baratas, y Bluray grabables (los más nerd me dirán si de esto en España hay ya o no, pero yo no los he visto).
-En la tienda donde hemos estado hoy la última planta era de material para adultos (incluyendo películas de anime y videojuegos para ordenador). Me encanta la naturalidad con la que los japoneses ojean este tipo de cosas.
Comidas probadas:
-Melon pan. Un bollo dulce, en este caso relleno de crema.
-Un bizcocho redondo de nombre e imaginamos que origen alemán.
-Calpis water. Una bebida blanca y dulce sin gas.
-Dango blanco con una pasta negra (quizá de sésamo, no lo sabemos).
-Hamburguesas y chili hot dog de toda la vida en un Mos Burger (una cadena de hamburgueserías japonesa), acompañados de soda de melón.
-Onigiris con múltiples rellenos.
3 comentarios:
Que careto de que no me entero de na, jeje... y es cierto, me he tirado 30 minutos con un bocadillo. Agggggg! que desesperacion.
Joer, vaya pedazo de viaje más cultureta que os estais pegando jajaja.
Paisajes, comida, lectura, vamos, que no os podeis quejar en absoluto.
A mí lo que me gusta de allí es que todo se ve limpito. Ni un papelajo, ni una pintada pokera, ni un chicle en el suelo... Jo, que ambiente.
Espero que al final no hayais dormido en el suelo, ya que hace poco tuvísteis problemillas para encontrar un alojamiento.
Es lo que tiene ir a la aventura!!! jajaja, que pasan estas cosas, pero ya vereis como es una anécdota al fin y al cabo.
Espero que exprimais como un limoncillo este viaje, ya que cierta personilla rapadilla tenia mucha ilusión en ir.
Me gusta que actualiceis así, amenudo.
Un saludete y.....
¡¡¡¡¡Disfrutad!!!!!
ya estais tardando otra vez demasiado en actualizar, no? jejjeje..un besito
Silvia y Javier
Publicar un comentario