miércoles, 16 de abril de 2008

Viaje al Ulster (1)

Este fin de semana visitamos Irlanda del Norte. Nos habíamos juntado un total de nueve personas para el viaje, de modo que decidimos alquilar una furgoneta. La verdad es que el coche particular es la mejor opción para viajar por Irlanda. Aquí comenzó nuestra odisea, porque llegamos a la oficina de alquiler con el tiempo justo para pagar la exorbitada fianza y el alquiler. Pero lo conseguimos y allá que nos fuimos.
Después de robar dos cestas (y pagar la comida, eso si) en un Tesco, partimos hacia Portstewart, donde pasaríamos la noche del viernes. Portstewart es un pequeño pueblo en la costa norte del Ulster, muy cerca de la Calzada de los Gigantes. Por la mañana, después de un buen desayuno con nutella incluida fuimos a recorrer la costa.
La primera parada fue el Castillo de Dunluce, donde, para que le quede claro a la policía, NO nos saltamos dos vallas con carteles que indicaban prohibido el paso por reformas para bajar hasta una pequeña cueva y el arco del puente… Al parecer en 1639 un ala del castillo cayó al mar, llevándose consigo a parte de los sirvientes. Ahora mismo lo que queda es poco más que una ruina en un bonito paraje.
Después fuimos a Bushmills, pueblo de origen del whiskey del mismo nombre que este año cumple 400 años.
A continuación la que posiblemente es la mayor atracción turística de Irlanda del Norte, Giant´s Causeway (calzada de los gigantes). Se trata de una formación volcánica de un aspecto muy espectacular. Además de eso en días de lluvia como el que nos tocó, resbala que no veas… La parte principal de la calzada es pequeña, pero más adelante se puede subir por un camino donde se ven más columnas y unas buenas vistas de la costa.
Viajando hacia el este de la Calzada hay otra de las atracciones de la zona, el puente de Carrick-a-rede. Es un puente colgante de unos 20 metros de largo (aunque parecen menos) que está situado a unos 30 metros de altura sobre el mar (aunque también parecen menos) entre la costa y una pequeña isla. La verdad es que impresiona menos de lo que todos esperábamos. No obstante subiendo por un “camino” enfrente de la isla se tienen otras vistas bastante majas. En la foto al fondo podéis ver el puente.





Después de esto dimos una vuelta por la zona, visitando otros acantilados y Carlos decidió volar un rato...


Aun están recogiendo pedazos entre las rocas.

A última hora del día nos dirigimos hacia Belfast, donde habíamos reservado una habitación de 10 personas en un albergue. Pero decidimos hacer la ruta larga por la costa. Un consejo, si alguien os dice alguna vez que hay unas marcas que señalan el camino, no le creáis, es una trampa. Siguiendo los consejos de la guía de Lonely Planet (quien nos mandaría) intentamos localizar un mirador en la zona más septentrional de Irlanda. Tras perdernos y tener que preguntar a una familia irlandesa viviendo en una casa en mitad del monte, llegamos a un lugar que difícilmente podría calificarse de aldea. Allí había un pequeño aparcamiento donde nos encontramos con una pareja que dejaba el lugar en coche. Yo me acerqué a ellos para preguntar dónde estaba el sitio que buscábamos. La señora nos dijo claramente que pasáramos una puerta que había entre dos casas y siguiéramos el camino que estaba señalizado con marcas amarillas. A día de hoy aun no hemos encontrado las marcas amarillas. Lo que si encontramos fue la puerta metálica… y después otra… y otra. En total después de saltarnos unas 3 ó 4 vallas y cometer otros tantos allanamientos llegamos efectivamente al final de la isla. La verdad es que la aventura mereció la pena, porque los acantilados de 180 metros de altura eran bastante espectaculares. Pero nos pusimos de barro hasta las cejas.

En el próximo capítulo: de cómo llegamos a Belfast y lo que allí aconteció.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que envidia me estais dando!! Que vistas tan bonitas, que verde estan los montes, que agua tan azul.. ¡¡pero que bonito!!
Como puedo comprobar, os poneis de barro y Nutella hasta las orejas jajaja, si que os cuidais bien frente al frío y las inclemencias jajaja.
Se os ve muuu blanquecinos. Cosa que me ha sorprendido porque se ve un sol espectacular pero eso sí, ibais abrigaditos jejeje.
Por aquí llueve día sí y día no. Un día hace 18º y otro 7º, un lío.
Vaya viaje que os habeis montado. Leo que con más gente ¿son del lugar? ¿son irlandeses? ¿son españoles? ¿del curro tal vez?
Bueno, me alegro de tener noticias vuestras y saber que estais bien :D
Por aquí, en spajna todo como siempre. Hay restricciones de wather en Cataluña, Bono es presidente del Congreso, tenemos a la 1º mujer frente al Ministerio de Defensa, etc... typical spanish olé!
Un saludete chicos!!!!

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